La historia de como Alberto abandonó el Lado Oscuro xD.
Bueno, este post es una petición de mi colega bloguero Adriwan, quien hace unos días me pidió que contara estas cosas por mi blog, no se porque... pero bueno, allá voy.
Me han dicho muchas veces que soy de los buenos, incluso algunas me han dicho que soy demasiado bueno, cosa que como dije hace poco debe ser malo en esta sociedad. La verdad es que si, creo que lo soy, no voy por ahí metiéndo el dedo en la yaga como hace mucha gente y siempre intento resolver cualquier conflicto de la forma más cordial posible.
Sin embargo, ¿Fui siempre así? Pues no, evidentemente, en 21 años he sufrido una evolución como todo el mundo y he pasado por etapas donde he sentido grandes cambios de personalidad debido a acciones, casualidades y consecuencias de la vida. Hoy voy a hablar de mis fechorias, de mis actos vandálicos que cuando cuento la gente me mira sorprendido pensando que eso no podría haber sido obra del Alberto que conocen.
Cosas como por ejemplo confesar que el 50% de las figuritas que tengo de Star Wars de 1997, son robadas, yo por aquel entonces cuando iba con mis padres a los centros comerciales, cogía los blister de los muñecos, los arrancaba y me guardaba la figurita en el bolsillo. Siempre quise montar un ejercito de Stormtroopers, menos mal que a tal extremo no llegue.
Pero mi robo más clásico era el del Huevo de Kinder, cuando llegaba a Frutos Secos El Rincón, cogía un Kinder y misteriosamente este se iba colando por la manga de mi camisa poco a poco. En el Makro robaba gominolas, coca colas habitualmente, vendían unos sacos con varios kilos de coca colas, abría uno y empezaba a pasar por el pasillo varias veces llenandome los bolsillos.
Lo cierto es que nunca me pillaron, en ningún sitio, tal vez en el Makro fue donde casi lo hicieron cuando una vez junto a mi hermano mediano destrozamos un huevo gigante de pascua de chocolate y lo dejamos de nuevo en la estantería. Evidentemente ya no tenia forma de huevo :-).
No se, también parece sonar un poco delictivo lo que le hacia a mi antiguo compañero de la ESO: Enrique, a quien le compre la Nintendo 64 con tres videojuegos (Sombras del Imperio, Super Mario 64 y Diddy Kong Racing) por solo 8000 pesetas. Sin duda fue un chollo, no lo niego, el necesitaba dinero y yo no iba a desaprovechar la oportunidad xD. No mucho después le compre la Gameboy Pocket también con juegos por mucho menos.
Luego esta la hazaña de los huevos, en época de instituto también, cuando un viejo amigo (Jesús), vivía enfrente del colegio de curas donde yo estuve de pequeño. Fue entonces y debido a nuestro odio por ese centro (donde el también había estudiado) y a que no nos gustaban las procesiones, cuando preparamos nuestra personal vendetta. Un año compramos un par de docenas de huevos y nos reunimos en la azotea para tirarselos a los que llevaban los tambores con el objetivo de que hicieran tortilla en los tambores.
Pero no todos los planes son perfectos, y ese año cambiaron el lugar de salida de la procesión. ¿Y qué iban a hacer un par de jóvenes con dos cajas de huevos y una preciosa fachada limpia de nuestro antiguo y odiado colegio? Es fácil de imaginar.
Pero bueno, era algo normal en un chaval como yo que se crió incordiando a sus vecinos, sobretodo a unos queridos vecinos de la otra escalera. Que durante largas temporadas, llegaba a su casa, le pulsaba en el timbre y me largaba corriendo. O lo que era mejor, llenarle el buzón de cosas, toda la propaganda que recibía la comunidad iba a su buzón, así como las cosas que se caían de los tendedores: calcetines, bragas, calzoncillos, incluso una vez metí una mosca muerta y un lacasito que tenia mala pinta.
Pero lo mejor fue la vez que en la Biblioteca de Aragón había una exposición de fotografía de gente desnuda, pero unas fotos muy muy raras, en plan como los cuadros de Goya de su última época. Gratuitamente se podía coger postales que eran copias de esos cuadros, espero que nadie quisiera, porque yo me lleve todo el taco y le llene el buzón a mis vecinos. Al día siguiente fui a su casa a jugar a la Mega Drive y me dijo ella: ¿Quién me llenara el buzón de todas estas postales? Casi me muero de la risa ante ese comentario.
No sé si era un "bad boy", pero aunque ya no soy así, ni hago estas cosas, me resulta gracioso contarlas, ver toda esa picardía que tenia de pequeño y cualquier persona que haya robado algo en su vida, sabrá que es una experiencia emocionante y divertida. Ya no lo hago, así que tranquilos con vuestras carteras la próxima vez que me veáis. El "Bad Alberto" esta bien enterrado, solo le dejo salir a veces algún 28 de Diciembre, por eso de los Santos Inocentes.
Y aunque la gente se sorprenda cuando cuento estas cosas, seguro que todos tenéis alguna cosa que confesar, lo único que no lo hacéis o porque os da cosa contarlo o porque no sabéis contarlo de forma que parezca interesante :-), que es lo que creo que me pasa muchas veces, que soy capaz de contar algo normal de forma emocionante.
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