viernes, 21 de diciembre de 2007

Enamorarse de una muñeca

Acabo de volver del estreno de los últimos cortos de nuestra productora y en media hora me iré a continuar la jornada cinematográfica con el visionado de la secuela de La Búsqueda. Mañana os contare que tal la peli.
Ahora centremonos en los cortos: en esta ocasión estrenábamos dos, y no había participado en la producción de ninguno, ni siquiera había leído los guiones, por lo que yo era simplemente un espectador más como cualquier otro.

El primero de ellos ha sido un poco "UF!", es de los denominados videocreación :-P, básicamente empieza con una tia liandose en un bar con un chico, lo suelta y se empieza a liar con otro, lo suelta y se empieza a liar con una chica, la suelta y con otra, todo mientras se quita la ropa. Tras ello, todo es una secuencia de imagenes y música, la verdad es que es un corto muy Kodak, esta lleno de imagenes muy bonitas como la protagonista Conchita inmersa en un campo de hierba y tiene como bso una canción muy chula.

Sin embargo es una rayada, videocreación, pero son 5 minutos solo, por lo que no resulta desagradable, lo que sucede cuando este tipo de productos superan los 15 minutos.

El otro, me ha encantado, es de un director ya más veterano y esta basado en un guión que escribió cuando tenia 12 años. Realmente este director acudió a nosotros con el fin de rodar un largometraje, una versión moderna (y sangrienta) de Hansel y Gretel. El proyecto no llego a buen puerto y todo se cancelo poco antes del rodaje, ya sabéis, la pela es la pela, neng.

Esto le produjo resucitar esta historia y llevarlo a la pantalla. Son 30 minutos mudos y con un solo actor, pero la historia es tan mágica y majica (ambas palabras la describen) que resulta tremendamente simpática y te hace esbozar alguna sonrisa, pasarlo mal o incluso sentir pena por el protagonista.

La historia es la de un hombre que se entera del fallecimiento de su esposa, algo que le destroza la vida y le incita a querer suicidarse. Así cada mañana, prepara su revolver con una sola bala y se dispara sobre la cabeza, tanteando a la suerte, esperando que esa probabilidad de 1/6 llegue en ese instante.

Sin embargo, la bala no llega y el poco a poco se resguarda de su soledad en una muñeca de trapo de su mujer, a la que poco a poco empieza a cuidar, dar de comer, leerle libros, besarla y tratarla como si fuera su propia esposa.

Una historia muy bonita con un final de los que te hacen esbozar una sonrisa.

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