viendo gente nueva y de una forma u otra realmente acabes sabiendo de las vidas de algunos. Así por ejemplo, conozca a las dos gemelas que se van en buses distintos a sus lugares de trabajo, o al Coger un bus, todos los días, dos veces al día para ir a la Universidad, hace que cada día estéscani de la ceja partida que estudia en industriales, o al hombrecillo con cara friki que se dirige todos los días a Grancasa para trabajar en la tienda Games situada en la planta baja.Hoy sin embargo, ha subido lo mejor que puede subir a un bus. Un bebe. Se ha sentado con su madre muy cerca mio, y la niña con unos ojos totalmente espabilados y con una sonrisa de lado a lado, estaba mirando a todos los presentes en el bus y haciéndonos gestos. Evidentemente esto provocaba la risa entre todos los que estábamos en los alrededores y nos animaba a ponerle más caras.
Es increíble el poder de un niño. Puedes estar amargado, cansado, aburrido, agotado o triste, que si te encuentras un niño en el bus te hará olvidar por un instante todos los problemas. Que diferencia el viaje de ida, lleno todo de caras serias y con parpados caídos, al de vuelta, con una niña llena de felicidad y con tanta ilusión en la mirada.
Lo deberían de recomendar los psicólogos, cuando estés triste. Ponte a coger buses sin destino hasta que en uno de ellos encuentres a un bebe.
Debe ser esta, la niña de Rajoy xD.
2 comentarios:
¬¬ La gente se vuelve estúpida con un niño delante.
Por cosas como esta es que los odio, pero bueno, eso ya lo sabías.
Los niños molan hasta los 7-8 años. Luego se vuelven contetones, más ruidosos (si cabe), imbéciles porque se creen mayores y, sobre todo, muy feos, ya que les empiezan a salir los dientes definitivos que no les caben en las bocas, y el cuerpo les empieza a mutar.
Cuando son bebés molan (sobretodo si están sus padres cerca, que juegas un rato con ellos y luego se los dejas a sus padres ^^). Luego ya... desearías que viniese Herodes y acabase con ellos.
Y sí, Kenobi, la mayoría de la gente se vuelve gilipollas cuando ven a un crío. Cuando les ponen caras, o dicen gilipolleces, o ponen voces ridículas me ponen enfermos. ¡Les tratan como si fuesen retrasados!Si supiesen hablar estoy seguro que les llamarían gilipollas.
He dicho.
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