miércoles, 15 de octubre de 2008

Viaje a Dublín - Parte 1

Sigo con mi versión retrasada de artículos. Hay mucho que contar y poco tiempo para escribir, así que hoy dedicare el artículo al viaje que realice a Dublin entre el 4 y el 7 de Octubre. Evidentemente, necesitare dos o tres partes para completar lo que fue este recorrido.

Primera parte de la visita, y me voy ya a la Guinness

Dublin no es una ciudad muy grande, algo así como 500.000 habitantes, y viniendo de una ciudad con unas 200.000 personas más, se nota. La ciudad en si es muy parecida a Cork, digamos que ambas tienen el mismo estilo aunque diferentes dimensiones evidentemente.

La ventaja de este tamaño es que es muy fácil de visitar, y en un sólo día puedes tener una imagen muy clara de Dublin, en dos días profundizar en la ciudad y en sólo tres conocerla al dedillo.

El peor recuerdo de este viaje ha sido el hostel, sobre el que todo los días teníamos algún problema, los problemas de la primera noche, gente que cayó enferma, gente que decidió largarse, de todo... esto hacía que cada día la visita empezara con un paseo por recepción a contar nuestros problemas a un nuevo empleado. De esta forma, cada uno hacía la chapuza que podía para solucionarlo una noche más y se iban pasando la pelota unos a otros.

Así que el primer día, tras problemas con el hostel, y una rápida comida en el Burger King hicimos una de las visitas obligadas en Dublin, la de la fábrica Guiness.

El lugar en sí, me era extrañamente familiar, tenía ese toque en plan "expo" y es que realmente el museo de la Guiness es eso, una pequeña expo de la cerveza. Vas pasando por salas donde hay cascadas de agua, olores, audiovisuales, efectos de luces, letreros, cosas así. Cómo digo, en plan expo.

A mitad del trayecto, la visita se detiene a hacer una cata de cerveza. Ahí te dan un pequeño vaso que evidentemente puedes repetir todas las veces que quieras por si quieres salir pimplado a la siguiente parte de la visita. Lo cierto es que no es la primera Guiness que bebía, llevaba ya aquí casi un mes, y en ese tiempo ya me había bebido unas pocas, la primera vez no pude acabarla de lo desagradable que me resultaba y ahora ya me los puedo beber enteras. Aun así, me siguen sin gustar y no conozco todavía a nadie en este erasmus que haya dicho, me gusta la Guinness. Es curioso ver el éxito de una cerveza que no convence a nadie. Como diría Obelix "Están locos estos irlandeses".

Cheeeeersss!

Y la visita continua en modo "expo" subiendo y subiendo plantas, siete en total, hasta completar el proceso e historia de como se hace una cerveza Guinness. Y al final, si necesitabas más cerveza, llegas a un bar en la torre, todo acristalado y desde donde ves unas magníficas vistas de Dublin. En este sitio puedes disfrutar de otra Guinness más gracias a que tu entrada viene acompañada de un vale para que te den una consumición en este bar.

En definitiva, a seguir bebiendo cerveza. Es curioso ver la afición de este país hacía esta bebida, sobretodo cuando ves que han adoptado el sistema métrico decimal en todas las cosas, menos en una, la cerveza, que se sigue sirviendo en pintas, como también se hizó (supongo que por imitación) en países como el nuestro, pero claro, una pinta es algo más de medio litro, así que cambiar al sistema métrico podría hacer perder algo de cerveza por vaso, y eso, un buen irlandés no lo vería correcto.

Mañana sigo hablando de este viaje a Dublin. Así que mañana prometo más y mejor.

3 comentarios:

Kurace dijo...

Joder, ahora mismo me tomaría una cervecita bien fresquita :D.

¿Os dejaron llevar alguna? ^^.

Saludos.

Javifields dijo...

Aprovecho para recomendar una visita a la fábrica de La Zaragozana (es fácil, reservan hueco para grupos los viernes por la tarde); hay una taberna dentro, Espacio Ámbar, en la que te invitan a probar las que quieras (fabrican más de una docena de cervezas distintas).
La Negra de La Zaragozana no tiene nada que envidiar a la Negra de Guinness... y sé que más de uno me colgaría por esta afirmación, pero así lo pienso.

shinobiHitokiri dijo...

La negra de La Zaragozana está muy buena, sí.
Pero bueno, la textura con respecto a la de la Guinness es muy distinta. Sobre todo la espuma.
Eso sí, la de La Zaragozana tiene la ventaja que no te cuesta 1€ (o más) la lata en un supermercado ^^.