martes, 7 de octubre de 2008

119, La habitación del pánico

Posiblemente esta sea la historia que más veces voy a contar en mi vida.

En mis casi 22 años de vida me han pasado historias y anécdotas muy curiosas que siempre acaban saliendo en conversaciones porque me encanta contarlas. Desde accidentes ferroviarios, a pueblos terroríficos de Asturias o a personas que paran el espacio-tiempo. Si, algunas veces la gente dice que todo me pasa a mi.

Sin embargo, lo vivido por mi el sábado, va a ser una de las historias que más veces voy a contar posiblemente, porque es el surrealismo hecho realidad.

Y la historia empieza así...

Este fin de semana, he estado en Dublín (hablare de este viaje más adelante) y nos hemos alojado 11 spanish from Cork en un sitio llamado Isaacs Hostel. En este sitio, nos ha pasado de todo, desde reservas que no estaban completas a problemas con gente que se volvió antes para casa por estar enferma, algo que ha hecho que todos los días la visita a Dublín empezará con conversación de media hora con la persona de recepción explicando la situación actual en cada momento.

Las reservas las hicimos en diferentes grupos, y por tanto, no íbamos a estar en la misma habitación todos. Yo me hospedaba en la 119 junto a Diana y Paula, y en una habitación para 14 personas. Al llegar al lugar en si, nos echa para atrás un terrible olor que viene de una zona de las camas que al menos esta alejada de las nuestras.

Y llega la noche. Marina me llama asustada de otra habitación, porque le han quitado su cama. Al llegar, la suya estaba cogida y en recepción le dijeron que cogiera una de las libres y ahora, esta había sido ocupada también. Aterrada, decide bajar a nuestra habitación y compartir cama con otra de las chicas.

Y la noche empieza. Son las 00h. Paula se ha ido de fiesta, y Marina, Diana y yo estamos tumbados cada uno en una cama. De momento la habitación esta casi vacía, sólo una chica francesa y un individuo de origen desconocido habitan en ella.

Todo esta tranquilo, pero no podemos dormir ninguno, lo típico, las literas son incomodas, la cama diferente a la que estas acostumbrado, etc. Los típicos problemas de "primera noche".

Sobre las 01:00h viene un hombre que ocupa una litera que hay justo en medio, la que nos separa a mi de las chicas. El hombre, es francés también, lo sé porque había hablado con él esa misma tarde. Entonces ya empiezan las cosas raras, el hombrecillo se sube a la litera de una forma muy extraña, haciendo ruidos raros y apoyandose con el pie sobre mi cama. Yo me hago el dormido, simplemente me limito a observar con una sonrisa en la cara. A los 5 minutos ya esta roncando, un sonido infernal.

Son las 02:00h o así, es imposible dormir en la habitación con tanto ronquido. Entonces de repente se oye un "¡PAM!!!". Abro los ojos, el francés no esta en su cama y mi mente enseguida construye que ha pasado, se ha caído de la litera. Desde unos 2 metros de altura.

En ese momento, no se que hacer, si esperar, si decir "Are you ok?" o si bajar a ayudarle. Sin embargo, el hombre empieza a hacer de nuevo respiraciones extrañas y se empieza a arrastrar por el suelo como un gusano hasta que llega a la puerta. Sale de la habitación y empieza a pegar gritos y a golpear las paredes. Marina y yo, intentamos controlar la risa para evitar despertar a los demás.

Tras 15 minutos o así en los que no me para de doler la tripa de tanto reírme, el hombre vuelve a la habitación, realiza el mismo número circense para dormir y se tumba de nuevo en la cama. A los 5 minutos vuelve a estar dormido y con una pierna y un brazo colgando hacía el abismo del que ya se cayó una vez.

Y la historia continua. Serán ya las 03h, sigo sin dormir. Entonces aparecen dos americanos totalmente borrachos y encienden la luz sin ningún pudor por los que estamos durmiendo, o más bien intentando dormir. Los tíos se ponen a hablar, cada tres palabras, una es "fuck" o "fucking". Se abren unas cervezas, y se ponen a beberselas en mitad de la habitación mientras nos hacen un concierto acústico de pedos y eructos. Todo esto acompañado de los dos recorriendo cama por cama, y observando a la gente.

Al acabar, se empiezan a desvestir, y uno de ellos, empieza a tirar la ropa hacia todas las direcciones, una zapatilla cae sobre mi almohada, a escasos centímetros de mi cara. Se van al fin a dormir.

Entonces llega Paula, se mete en la cama de Diana y Marina baja también a contarse entre ellas la historia de todo lo que ha pasado, empieza de nuevo el ataque de risa. Y en ese momento, sobre las 04:00h aparece un grupo de unos cuatro australianos. Por supuesto, encienden la luz, y la primera imagen que se encuentran es a tres chicas metidas en una cama. Los tíos empiezan a hacer bromas entre ellos, y a gritarnos al resto de los que estamos en la habitación "Hey, guys! Spanish sex". Comienzan una serie de insultos hacia ellas pensando que no entendemos el idioma.

El punto final, lo pone cuando uno de ellos se sienta en la cama de delante a sacarles fotos. En ese momento, cogemos todas nuestras cosas y nos largamos pitando de la habitación en una extraña mezcla entre risa, terror y falta de sueño. Al grupo se une la chica francesa que había citado al inicio de la historia.

Bajamos a recepción a quejarnos. Le explicamos la situación al idiota de turno, sube y vuelve a bajar, en ese momento nos suelta un "Aquí no podéis estar, porque podéis despertar a la gente. Os tenéis que bajar abajo". Por supuesto, no soluciona nada.

Abajo es en cuestión los sótanos, véase la imagen.

Este lugar, es una sala común con televisión, máquinas de bebidas, una mesa de billar y cosas así. Convertimos los sofás en improvisadas camas y ahí intentamos conciliar el sueño, mientras explicamos nuestra historia a todo el que pasa, incluidos a unos escoceses que montan botellón a nuestro alrededor y se ponen a tocar la armónica.

A las 6:00h, la sala se queda vacía y todos caemos rendidos ante el sueño. Son las 7:30, suena la alarma del móvil, hay que despertarse y sólo hemos dormido hora y media pero al menos sobrevivimos a la habitación 119.

Por supuesto, nuestras quejas hacen obligar al personal a cambiarnos de habitación, de hecho, nos juntan a todos y nos dan una exclusiva para el grupo de españoles. Aun así, de los 11 iniciales, el último día volvemos sólo 6, los otros cuatro cayeron por el camino.

Y como capitulo final, el último día se une al grupo Tamara, una erasmus también que se había vuelto a España unos días y que hace escala en Dublín para estar un día con nosotros. Evidentemente, ha hecho la reserva por su cuenta... Adivinad que habitación le toco. La 119 por supuesto, menos mal que la colamos en una cama de las libres en nuestra habitación.

4 comentarios:

Adriwankenobi dijo...

Me he perdido entre tanto nombre de mujer. De todas formas, deberías haber consultado a un experto en albergues de Dublín antes de hacer la reserva ^^.

Saludines.

Anónimo dijo...

Si es que ya solo el número de la habitacion suena a peli de terror tio xDD.
Se me ocurre que ahora que esta Sitges de moda con su festival podias hacer un corto basado en hechos reales sobre esa habitacion :P
Saludos.
Rubén

Brocan dijo...

Anda que te metes en unos tugurios... xDD

z i l a b i t s e dijo...

jajajaj

Me he reído mucho leyendo tu historia...

Esto es un erasmus: estar un año entero viviendo aventuras para recordar... Es un viaje que dura todo un curso.

Un paréntesis, como cualquier viaje...

¡¡Sigue disfrutando y compartiendo tus aventuras con tus amigos españoles :-D !!