miércoles, 1 de octubre de 2008

Corcaigh

Hoy unas pocas fotos de la ciudad donde vivo.

¿Quién vive aquí? ¿David, el gnomo?

Cuando decidí irme para Cork, empece a escuchar comentarios muy diversos sobre esta ciudad, comentarios que hablando con otros erasmus de aquí, también habían recibido. Estos eran muy contradictorios, algunos hacían referencia a que Cork era una basura de ciudad, que tenía una sola calle y que te aburría enseguida. Otros indicaban justo lo contrario, historias de gente que había venido aquí de Erasmus y se habían quedado por haberse enamorado de esta urbe.

Calle chunga de Cork

¿Qué ocurría entonces con Cork? No lo podía saber hasta que viniera. La explicación a ambos comentarios es simple, Cork es una buena ciudad para vivir, pero turísticamente se consume tan rápido como una cerilla.

Cuando llegue al aeropuerto y me recogió un taxista sus palabras fueron "Cork is a friendly city", y creo que este adjetivo (friendly) es la palabra que mejor lo describe. Es una ciudad, en la que al día siguiente de haber bajado del avión, te puedes encontrar con un pasajero por la calle. Un lugar donde tras haber salido de fiesta un día y haber soportado a un irlandés borracho, al día siguiente pasa al lado tuyo por la Universidad. Una ciudad donde sólo me tengo que quedar cinco minutos quieto en la plaza principal del Campus para encontrarme a alguien.

Oliver Plunkett. La mejor calle para comprar lo que quieras, hay de todo.

Y en eso, tiene su encanto cuando llevas ya un tiempo viviendo aquí. Tienes todas las ventajas de vivir en una ciudad, y a su vez todos los encantos de estar en un pueblo. Y en el caso de un Erasmus, tras lo que he visto en mis viajes, las mejores ciudades para estar estudiando son siempre aquellas pequeñas dominadas por estudiantes. Por ello, si eres estudiante, es mejor vivir en Salamanca que en Madrid, es mejor Oxford que Londres. Así que estoy contento con la elección de Cork como destino.

El lago de Cork, reserva natural.
Aunque las latas de cerveza flotando digan lo contrario

Sin embargo, es posible que algún turista pase por Cork, tras una visita por Dublín y se quede pensando que perdida de tiempo al tener poco más que un parque, un par de catedrales y un lago, pero si se quedara a vivir tan sólo un mes, Cork ya no sería lo mismo para él.

Una noche estaban todos los irlandeses meando en la puerta de este parque.
Al día siguiente, descubrimos que se llama Peace Park (pronunciación: Pis Park)

Lo que menos me gusta de Cork es como se ha construido la ciudad, ya que su formación es estirada y alargada, acompañando al río, en lugar de crear una forma más circular como por ejemplo puede ser Zaragoza. Esto hace que en lugar de estar todo a unos 10-15 minutos del centro, puedas tener lugares a 30 o 40 minutos. La Universidad por ejemplo, no esta en el centro y eso hace que todos los dias haya que dar un largo paseo.

Hablando este tema entre los erasmus, hemos llegado todos a la misma conclusión. Estamos muy contentos con nuestro destino, y todos sabemos por erasmus anteriores en Cork que alguien no volverá. ¿Quién será? Yo ya empiezo a hacer mis apuestas :-).

Nos vemos en el próximo artículo

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Igual eres tú... :P

z i l a b i t s e dijo...

¿A sí?
¡Estás dispuesto a quedarte en Cork indefinidamente!
¡Enhorabuena! Eso es que no es una pueblucho donde cuidar vacas como te podíamos tomar el pelo... Sino que es (otro) buen destino erasmus.

¡¡Disfrútalo ahora que estás convencido de que es bueno ;-) !!

Alberto dijo...

Me parece que lees lo que quieres

Yo no he dicho en ningun momento de quedarme en Cork indefinidamente. De hecho, dudo mucho que eso sea probable.

Desde luego no creo que me tenga que quedar en Cork, y tampoco se volver a Zaragoza. Asi que no se, me quedan aun 8 meses para pensar que hacer.

Anónimo dijo...

Hola!Me llamo Esther yo voy a Cork este Enero(como el del año pasado) a estudiar Inglés. Estoy de acuerdo que es una ciudad friendly, donde conocer gente es fàcil, donde una buena cerveza no sube, y es un buen sitio para seguir creciendo.
Saludos

Esther Querol Castillo
esther@stel.cat