lunes, 21 de enero de 2008

Arzobispo Domenech

Hoy os voy a hablar de Arzobispo Domenech, una fascinante calle al lado de mi casa.
Antiguamente y según me han contado mi calle se llamaba Arzobispo Domenech, mi calle y varias calles más de mi zona, la explicación es que más o menos están todas en una misma linea recta, sin embargo a alguien se le ocurrió algún día que tener una calle tan larga no tenía sentido y la fraccionaron en varias. Sin embargo un tramo se siguió llamando Arzobispo Domenech, el que une Avenida Goya con Gran vía, un tramo por el que he de cruzar muchas veces para salir hacia el centro y por el que de he de pasar para llegar a la oficina de mi hermano.

Hoy os voy a hablar de estas calle, una de las más peculiares que he conocido de mi ciudad. La visita turística empieza desde la Avenida Goya hasta Gran Vía.

Nada más entrar en la calle, nos encontramos con un cable de tensión que cruza de un lado a otro de la calle a unos diez metros de altura, algo absolutamente normal si no fuera porque sobre este cable de tensión hay colgando un par de zapatos atados por el cordón en plan "Big Fish" que por lo menos llevan un año ahí. Unos metros más adelante llegas a la esquina de la calle Cervantes, esquina donde esta el portal de "los chupones". No penséis mal chavales, se trata de un portal donde cuando era pequeño siempre había en el techo decenas de chupones de gominola, hablo de estas barritas rojas de gominola envueltas en plástico de la que se dejaban un poco para lanzarlo contra el techo y pegarse.

Si miramos a la izquierda de la calle Cervantes veremos la Nueva Acrópolis, lugar donde facilmente podemos ver anunciado por las calles de Zaragoza que se proyecta la saga de El Señor de los Anillos o donde hay una interesante charla sobre el Antiguo Egipto. La realidad es que es una secta y utilizan esto como reclamo para comenzar el lavado de cerebro, entre mis objetivos en esta vida tengo ir un día a la Nueva Acrópolis, me llama la atención.

A la derecha, vemos el otro extremo de la calle Cervantes, el que sale hacia Sagasta, lugar donde la última banda del GRAPO que apareció entorno a hace dos años mato a un empresario y dejo herida a su mujer a balazos. Continuamos por Arzobispo Domenech.

Llegamos a una casa más típica de un pueblo que de una ciudad y al lado un mercado, nada de supermercado, el típico mercado rancio de hace n-mil años, aquí hay uno, enfrente de este tuve una vez un encuentro curioso. Una mujercilla mayor se me acerco y me pidio que le ayudara a subir una estantería que había en una escombrera, yo perplejo ante la situación la esquive con un "lo siento, tengo prisa". Ella me respondió con un "Que tengo un martillo ¿ehh??". Aun hoy, no se si esto era una amenaza o simplemente se refería a que con el martillo podíamos desmontar la estantería para subirla con más facilidad. Preferí no quedarme a comprobarlo.

Unos metros más adelante hay un bar, ahora mismo no se de que es, porque ha tenido varios nombres y supongo que habrá pasado por varias manos. Paso de entrar a comprobarlo, porque no hace mucho se llamaba "Spook" o algo así y estaba lleno de Drag Queens la entrada.

A esta altura también tuve una vez otro encuentro peculiar, iba con un amigo que llevaba una bolsa con un cd virgen. Se nos pego al lado a andar paralelamente un individuo extraño que nos dijo.
- Ey. ¿Qué tienes en la bolsa?
- Un cd
- ¿De qué grupo? A mi me gusta la música
- De nada, es un cd virgen
- ¿Virgen? ¿Qué es eso?
- Qué esta vacio, que es para grabar algo sobre el
- ¿Me dejas verlo?
El hombre lo abrió sorprendido, le dio la vuelta y nos lo devolvió
- Gracias - y se fue
- A ti hombre
Ahora podemos seguir por la misma acera del "Spook" o pasar al otro lado, siguiendo por el mismo lado nos podemos encontrar con el hombre que se esta siempre peinando. Es un hombre al que ultimamente es más difícil de ver, pero que tenía una curiosa costumbre y es la de caminar unos 20 metros, peinarse hacia atrás con la mano y dar media vuelta, volver a andar otros 20 metros hasta la posición inicial, repetir lo de peinarse y volver de nuevo a dar media vuelta. Como veis, tengo su comportamiento más que estudiado.

En la otra acera esta el Pavarotti, un puticlub en pleno centro que debe ser de lujo porque nunca he visto entrar a nadie que no lleve traje y corbata. Aunque su lujo se pierde cuando ves que el único canal de Televisión que lo anuncia es Canal 44. Y andando, hemos salido de Arzobispo Domenech y ya estamos en Gran Vía sanos y salvos.

Una calle donde cada día que pasas puede ser una gran aventura y por la que yo tengo que pasar muchas veces. Hace no mucho hubo un apagón en el centro y tuve que cruzar esta calle en una noche totalmente cerrada donde no se veía nada a más de un metro y donde la gente que pasaba a tu lado eran sombras. Si sobrevivi a esa vez, me atrevo a pasar todas las que haga falta por Arzobispo Domenech.
Yo propondría al Ayuntamiento considerar esta calle como "de interes turístico" para la Expo 2008. Ya veo a los chinos haciendose fotos delante de la Nueva Acrópolis.

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