Día 3 de nuestra aventura. Y con pocas horas de haber dormido a nuestras espaldas, emprendemos el viaje hacia Derry. Sin embargo, en lugar de hacer la ruta directa, optamos por hace la Causeway Coast. Lo que nos lleva a visitar los lugares más increibles de Irlanda.
Tras una breve parada en Carrickfergus para ver su castillo, llegamos a Carrick-a-ride. Un increible puente colgante que une la isla de Irlanda con una pequeña isla. 12 metros de un puente de cuerda que se sostiene sobre unos acantilados y que tienes que cruzar entre crujidos, movimientos y por supuesto, sin mirar abajo.
Más alla, llegas al espectaculo más increible de Irlanda del Norte... ¡KRYPTON! Quiero decir, la calzada del gigante. Una extraña formación geológica de piedras hexagonales (se han contado como 37.000 de ellas).
Pero no sólo esto puedes encontrar en el camino a Derry. Ya que Dunle Castle, situado en el borde de un acantilado o Mussenden Temple son lugares a los que merece la pena pararse un rato. Como veis, hoy es día 100% Hit the road.
Y finalmente, acabamos la carretera, con una última parada en la playa más grande de Irlanda. Donde tenemos nuestro segundo incidente con el coche. Y es que aquí en Irlanda, como las playas dificilmente pueden ser usadas para turismo, la gente suele meterse con coches, y es que ya sabeis, mola quemar neumático en la arena. Sin embargo, frenamos con un trombo y eso no resulta ser una buena idea.
El coche se nos queda atascado en la arena. Sin posibilidad de moverlo y a pesar de que todo el mundo que hay en la playa nos intenta ayudar empujando. Con todo el mundo, quiero decir, dos personas. El equipo se divide entonces, yo me voy a buscar palos y tablas para intentar crear una superficie en la que no patine el coche, y uno de los alemanes, Manuel, va corriendo a la distancia donde hay otro coche para pedir ayuda.
No intercambian más de dos frases y veo que Manuel empieza a empujar, el otro coche esta en la misma situación. Así que tras mover todo el equipo al segundo coche, empujar, sacar este y atar con una cuerda el nuestro y sacarlo no una, sino dos veces. Al final retomamos el viaje a Derry.
Y al final llegamos aquí, y tras localizar un hostel en mitad de la lluvia nos refugiamos en un pub que resulta ser el más peligroso en el que he estado en mi vida. Entre la apariencia de "lovely place" con música irlandesa, aparece un tio mogollón de extraño y con un tatuaje en la mano que comienza a hablar conmigo.
- ¿De donde eres?
- Español
- ¿Del País Vasco?
- No
- ¿De Cataluña?
- No, pero cerca
- ¿Sabes que odio a los nazis?
Llegado a este punto de la conversación y sabiendo que me esta diciendo eso por ir con dos alemanes, reclino mi cabeza hacia atrás y veo en el techo la bandera de Irlanda (recuerdo que Derry es UK), la de Pais Vasco y la de Cataluña. Oh my god!
Sin embargo, salgo vivo de la situación y unos minutos más tarde llegamos a la habitación del hostel, donde los alemanes se empiezan a picar medio borrachos y empiezan una estupida competición de flexiones. Momento en el cual llegan los otros ocupantes de la habitación y se tropiezan en mitad de la oscuridad. Me empieza un ataque de risa incontrolable, y al final, caigo dormido.
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