Un vistazo a algunos de los momentos más surrealistas de mi primer semestre de erasmus en Corcaigh.
No podían faltarme situaciones surrealistas, extrañas, estúpidas, y sin sentido aunque me fuera a vivir a otro país. Cada vez pienso que eso forma más parte de mi que de mi entorno.
Aquí, algunos de los "Best moments", un poco por entretener al personal y por conservar un recuerdo del que sacar una sonrisa de vez en cuando.
05. La irlandesa del aeropuerto
En mi erasmus he tenido que pasar por primera vez muchas horas solo en un aeropuerto (cerca de cinco) y si, es un coñazo, si te llevas un libro lo acabas detestando, si te llevas música, acabas pasando por la misma canción una y otra vez, si te llevas móvil, acabas llamando a todo el mundo. Y por supuesto acabas sabiendo cuanto vale cada colonia de la tienda del aeropuerto.
En mi vuelta de Nottingham, tuve que pasar mucho tiempo en Dublin, y empecé a observar a la gente, algo habitual en mi, y entre todo el mundo había una chica pelirroja de la que pensé "Ostia, ahí tienes a la típica irlandesa".
Cinco días más tarde la conocí en persona, se llama Lilly y es alemana. ¬¬
¡Zash, en toda la boca!
04. Passport for alcohol
¿Recordáis el tesco? Ese sitio donde acabas haciendo todas tus compras de alimentación, sin duda es uno de los sitios donde más cosas extrañas te puedan pasar, y no me refiero sólo a que las sopas chinas cuesten 13 céntimos, sino a hechos como que en cierta área del supermercado no haya cobertura. Prefiero no saber que hay enterrado bajo los cimientos.
Pues en este sitio tienen una extraña política hacía el alcohol. Básicamente en Irlanda, no necesitas el pasaporte para abrir una cuenta de banco, entrar en el país o pagar con VISA, pero si te hace falta para pagar alcohol en el Tesco.
Esta política es llevada hasta el extremo y llegue a contemplar un día como dos amigas que iban conmigo tenían que pasarse el dinero de una a otra, ya que una llevaba el pasaporte y la otra el dinero. Y la cajera sólo aceptaba el dinero de la que llevaba el pasaporte, lo que hacía que estuviera de intermediaria entre cajera y compradora. Awesome!
03. French tarot
Un día la francesa de mi piso entra en el salón con sensación de enfado, saca un cigarro y se va a fumar al balcón. Mi francesa no fuma, según me dijo "sólo cuando tengo algo en la cabeza", así que procedo al Alberto en modo compasivo para intentar ayudar con lo que sea.
Al final le saco información, esta triste porque su novio no ha aprobado el carné de conducir. Pero no exactamente por eso, sino porque ha suspendido cuando ella había echado las cartas del Tarot y estas le habían dicho que iría bien. Llevaba dos años haciendo el tarot, y nunca le había fallado, por eso estaba triste y rayada.
No creo en el tarot, pero ante una oportunidad como esta no quería desaprovechar la posibilidad de comprobar como funciona esto y de ver si tiene algún éxito sobre la realidad. Así que tras convencerla, al día siguiente estaba en su habitación, sentado en el suelo, rodeado de velas y haciendo preguntas sobre personas y cosas de mi vida.
He de decir que a día de hoy... para mi desgracia, ha fallado.
02. Yo no hablo español ni ningún idioma que podáis hablar vosotros
No aprendo mucho vocabulario estando de erasmus, pero lo que si aprendes es algunas palabras que antes nunca habías tenido que usar y que ahora tienes que usar a diario como pueden ser los ingredientes para preparar comidas.
En una excursión al Tesco, yo y una amiga íbamos buscando levadura, desconociendo cuál podría ser el termino para tal producto. Una mujer mayor me apareció con el carrito del supermercado y un carrito de la compra, y me pidió amablemente si le podía ayudar a poner su carrito en el carrito del supermercado.
Viendo a la pobre mujer que no podía con las dos cosas a la vez, y a pesar de que el carro estaba mohoso, olía raro y estaba lleno de basura, procedí a ayudarla. En ese momento aprovechamos para preguntarle por la levadura dando una explicación sobre su funcionamiento, a ver si ella sabía la palabra.
Por supuesto, la pregunta fue en inglés, la respuesta que nos dio también.
"Yo no hablo español, ni ningún idioma que podáis hablar vosotros".
Simpática señora. Me dieron ganas de bajarle el carro.
01. Habitación 119
Sin duda la historia más freak de mi estancia en Irlanda, y de la que no voy a volver a hablar por haberle dedicado un post a ello en ediciones anteriores de Alberto´s Creek. Si no lo leíste, aquí esta. Extraños olores, zapatillas voladoras, sonidos guturales, franceses cayendo de alturas, spanish sex, y muchas otras cosas se mezclaron en esta apasionante visita a Dublín.
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