martes, 9 de diciembre de 2008

Aprendiendo a patinar

Este capitulo de mi vida se titula "Alberto puede volver a Irlanda con una pierna escayolada". Por suerte, no acabo así.

Todo persona tiene alguna tontería que todo el mundo sabe pero esta persona no ha aprendido, me refiero a cosas como montar en bici, nadar, jugar al monopoly, etc. En mi caso, mi talón de Aquiles es el patinaje.

Nunca he aprendido a patinar sobre ruedas, es más, ni siquiera nunca lo he intentado, mi experiencia con el patinaje hasta este día se limitaba a una visita a la plaza de toros de Zaragoza, donde mi antiguo profesor de Educación Física nos obligo a ir a patinar en lo que fue una pista "ilegal" de patinaje, porque tras una semana de accidentes y roturas, una inspección comprobó que la pista y materiales no estaban en regla. Esa semana salio en todos los periódicos.

Sin embargo, al llegar a Nottingham, había una pista de hielo en la plaza principal, y entre el espíritu navideño, mi romanticismo típico del Rockefeller Center, mis ganas de hacer un poco el estúpido y de comerme alguna que otra galleta. Ahí fue mi segunda lección de patinaje sobre hielo.

Esta vez sobrevivi de nuevo, y por lo menos aprendí al fin a moverme y a mantener "más o menos" el equilibrio. Aunque bueno, con fotos como esta, cualquiera pensaría que soy un experto patinando.

1 comentario:

Kurace dijo...

Yo sinceramente casi me destrozo en Jaca :P. Terminé aprendiendo a patinar sobre ruedas y nunca mejor dicho...

Saludos.