Vaya vaya, aquí ya hay playa

Ayer estuve en la playa de Zaragoza. Si, has leído bien, no hay ninguna errata. He estado en la PLAYA de ZARAGOZA.

El fenómeno expo que estaba teniendo mi ciudad, iba a tener sus repercusiones en el resto de la ciudad, esta es una de ellas, y es que desde hace unas semanas en Zaragoza te puedes tumbar en la arena a tomar el sol. La explicación a esto se llama playa fluvial, es decir, básicamente han cogido un trozo del río, lo limpian y llenan una zona habilitada con arena.

Así se convierte esto en la playa de los pobres, de aquellas personas que no podemos irnos a cualquiera de las costas, la más cercana creo que la tenemos a unos 350 kilómetros.

Quería probar que tal el lugar, no me iba a ir de Zaragoza sin haber conocido la playa fluvial, así que he ido. La primera aventura es buscarla, porque parece que esta detrás de la Torre del Agua, y así es, pero el "detrás" es "muy detrás", por lo que te pones a dar vueltas por puentes y terrenos inexplorados buscando una señal.

De hecho, hay un chiringuito en mitad de la nada, ubicado por el camino, cuyo único fin supongo será servir de punto de información o vivir de desorientados deshidratados.

Llegamos a la playa. Se ve poca sombra, y por la tele habían salido quejas de ello, ofrecen sombrillas por 1.5 euros. Ok, me das una.

- No nos quedan, la pasada semana hubo mucho viento y se nos destrozaron prácticamente todas.

Mmm. A estas alturas, ¿Cómo aun diseñan las cosas sin pensar en el Cierzo? ¿Habéis estado en la Expo un día de viento? Como ya dije: esta lleno de errores en su construcción que no cuentan con el clima de nuestra ciudad. El pabellón puente se convierte en un túnel de viento, y por el parquecillo superior es imposible moverse.

Siguiente cartel. Prohibido comer y traer bebida del exterior. Pienso en mi bocadillo, en mi comiéndotelo a las doce de la mañana sin hambre. Pero da igual, me cuelo, nadie revisa nada y decido comérmelo escondido tras una palmera. Luego descubro que también estaba prohibido comer sobre la arena. Los vigilantes de la playa ya deben estar persiguiéndome por mi doble delito.

La comida a consumir es por tanto, la de dentro del recinto, una ofrecida en su auto-servicio, donde encontraras la gran oferta de plato de macarrones por 9 euros. Ah, y eso si, fríos, para calentarlos, hay que usar el microondas. Lo del Sagardi, ya no es nada en comparación con esto.

La playa fluvial es curiosa. A mi parecer, un poco cara (3,50 la entrada), pero curiosa. Es cómo digo, la playa de los pobres. No falta el clásico chiringuito, ni el niño intentando hacer un castillo de arena o los guiris nadando con gafas de sol.

Pero digo que es curioso porque aunque es una playa, no es una playa. La arena no es la típica de color marrón de una playa, sino un tono blanquecino. La entrada al agua no es arenosa, sino de pedruscos por los que pasas diciendo "ay, que me caigo" y el agua no es salada, de hecho, no es ni como la de una piscina, creo que esta no lleva cloro o de llevarlo en poca cantidad. Es como bañarse en un río, me ha recordado a mi infancia en el pueblo, nadando en las pozas del Manubles.

Además, la existencia de esta playa hace que los zaragozanos podamos decir lo de "Me he bañado en el Ebro y he sobrevivido". Una oportunidad única para que vosotros podáis también decirlo.

Y el consejo del día, es evidente. Si vais, llevaros una sombrilla, porque sino volveréis pareciéndoos a este:
Yo por mi parte, ya estoy en modo cangrejo.