Sobreviviendo a la Expo. Día 2

¿Recordaís mi primera visita a la Expo? Hoy el segundo capitulo: la Guía para sobrevivir a esta.


El martes fue un día muy duro, del cuál aun estoy pagando sus secuelas en forma de sueño y cansancio. Fue mi segunda visita a la Expo, segunda visita que tendría que haber hecho hace mucho tiempo porque se me acaban los días, cada vez hay más gente y aun me queda otro día para que vaya.

Esta vez, opte por dejar la visita por turnos de la otra ocasión, y hacer una visita familiar con mis padres. Estos no habían visto todavía la Expo, por lo que podía ir directamente a lo que me faltaba por ver, ya que a ellos les faltaba todo por ver.

Cuando en Julio, me dijeron "Hay que hacer 40 minutos de cola", sonreí y me largue. El martes pense que debería de haber hecho alguna de estas colas. ya que estos 40 minutos se habían convertido en 2 horas y media, y esta vez, estaba dispuesto a esperarlos. Era verlo ahora o nunca.

Llegue a las 8:30 de la mañana, teniendo en cuenta que el lugar no abría hasta las 9:30 , debía ser una hora más que suficiente para poder pillar un fast-pass de Agua Extrema. Cuando eso abrió, todo empezó a ir muy lento como siempre, por culpa de tanto control policial y eso de repente se conviritió en el parque Disney. Todos corriendo para montarse en el Space Mountain, o bueno, en este caso, el pabellón de Alemania, el Agua Extrema o cualquier otro de los que son complejos de visitar.

Yo había acordado con mis padres, la misión de que ellos hacían cola en Kuwait, mientras yo sacaba Fast-pass para agua extrema. Habiendo llegado a las 8:30 y siendo de los primeros en entrar a la Expo a las 9:30, inexplicablemente me quede sin Fast-pass para Agua Extrema. El plan B era Hombre Vertiente, para el cuál me daban a las 23:15h, lo cogí, pero evidentemente te inhabilitaba ya el famoso Fast-pass para todo el día, también conocido como Pass-pass, Fast-fast, Faspasas, Barrabas o incluso Low-Past, dependiendo del nivel de inglés del usuario que te lo mencione o de lo rápido que le parezca este fracaso de idea.

Mientras, mis padres se encontraban en una cola que según indicaban duraba 3 horas y que por suerte se quedo solo en 1 hora y media, lo que me sirvió para poder ver Kuwait. El pabellón en si, no vale mucho, pero la expectación y las largas colas son debidas a una proyección en la que ellos llaman 4 dimensiones. La duración del video unida a que sólo caben 20 personas en la micro-sala provoca que tanta gente este continuamente esperando.

El 4D es un 3D + interacción con el público, es decir, gafas polarizadas más dispositivos alrededor de tu asiento que hacen que te echen agua, aire o incluso que el asiento se eche para atrás como si te cayeras. Es gracioso y divertido, sobretodo cuando tienes a un freak detrás gritando "¿Cuando salen los camellos?", pero yo como experimentado viajero y amante del espectáculo, he podido ver la misma técnica en espectáculos infinitamente mejores como es "Cariño, he encogido al público" del anteriormente citado: Disneyland París.

Supongo que Kuwait sorprenderá y podrá parecer uno de los mejores pabellones a aquellos que sean bienvenidos a esta tecnología con este pabellón.

Tras ello, acabamos de echar la mañana con visitas a los pabellones cutres del estilo África o Túnez. Esta claro que en esto de la Expo, hay dos tipos de pabellones, los de paises que se han enterado que están en una Expo internacional (Japón, Kuwait, España, etc.) y los de países que se piensan que están en una feria de muestras (América Latina, Túnez, Bulgaria, etc.). El visitante aprenderá rápidamente a distinguirlos por estar los primeros señalizados con largas y eternas colas.

Y nos fuimos pronto a comer, para poder estar ahí sobre las 14:30 y emplear el tiempo en que el resto están comiendo para evitar alguna de las largas colas. Esta idea chavales, no cuela, los demás visitantes de la Expo no comen, o lo que es peor, todos pensamos de la misma forma.

A la vuelta: Agua Extrema. ¿Cuánto había que esperar? 2 horas y media ¡Pues se esperan! No me podía ir de ahí sin verlo. He de decir, que además las colas de la Expo, a pesar de lo criticadas que son, no están del todo mal, sirven para hacer amigos. En el Fast-pass me puse a explicarles a todas las abuelillas como funcionaba el Fast-pass mientras ellas me contaban lo maravillosa que fue Sevilla'92 y lo mal que esta Zaragoza'08. Aquí en Agua Extrema acabe hablando con un matrimonio catalán de todo tipo de temas: estudios, nuestras ciudades, el metro, el forum, incluso acabamos hablando de Montilla. Que grande eres Montilla ;-).

Y al final, entre a Agua Extrema. Posiblemente el edificio más divertido de la Expo a pesar de ser más feo que pegarle a un padre. En Agua Extrema ves la proyección de un documental, mientras sufres las consecuencias de un tsunami o un huracán. Sitio ideal para que todo el mundo se este haciendo la foto con el chubasquero para colgarla en el Tuenti. Yo también la tengo.

La proyección es un poco mala, sobretodo porque con tanto trueno y viento, no se oye apenas la narración, pero como te lo pasas pipa te acaba dando igual. Si la embarazada del video no consigue llegar al hospital, a mi plim, que yo estoy aquí mojándome.

De nuevo, recuerdos de espectáculos similares e incluso mejores por mi mente: Star Tours o sobretodo, Sea Oddisey de Port Aventura.

Los amantes de la escalada, o más bien el senderismo, también tienen su lugar. La que fue mi siguiente parada: La Torre del Agua. Y digo esto, porque hay que andar entorno a un kilómetro de subida y otro de bajada en rampa para subir hasta la planta de arriba. Unos 20 minutos cada trayecto. Al llegar arriba, con la mente puesta en "Yo puedo, yo subí la Torre Eiffel" te encuentras lo habitual en estos sitios: un bar. Algo muy típico en España, ¿Qué montamos arriba? ¿Una exposición? ¿Un balcón con vistas? ¿Un laboratorio donde fabrican genéticamente Fluvis? ¡No! Esta claro, un bar.

Como dice una sabía frase: Antes los pueblos se construían entorno a los castillos, ahora se construyen en torno a un bar :-). La frase se confirma cuando a la salida para comer, encuentras a una persona con la camiseta "Ahorra agua. Bebe cerveza", un buen lema para la Expo.

Merece la pena tanta subida, al ser actualmente el rascacielos más bonito de Zaragoza y poder ver la caída de 76 metros a tu derecha, y el parque metropolitano del Ebro en su totalidad a tu izquierda.

A la salida, pabellón de Aragón donde me encontré a una antigua compañera del colegio, la otra vez me ocurrio lo mismo con un compañero. Mis visitas a la Expo se acaban convirtiendo en reuniones de la vieja escuela. Ahora con un grupo más grande fuimos recorriendo Aragón en lo que es una de las peores exposiciones y más feas de toda la Expo, básicamente son fotos clavadas en palos de madera.

Sin embargo, todo lo malo acaba teniendo su lado bueno y al final acabas en una gigantesca sala de cine, con lagos en medio, luces tenues y un fantástico video de Carlos Saura, del que había escuchado muy buenas críticas y que es sin duda uno de los mejores audiovisuales de la muestra. Ese ambiente del lugar y esa banda sonora, hacen que acabes tumbándote por el suelo, acurrucado en una esquina y entrecerrando los ojos. Un ambiente perfecto para echarse una siesta de media tarde.

Y ya se acababa la tarde, junto a las fuerzas de mis padres. Así que me aventure yo solo a visitar a última hora algún pabellón de los baratos, completando sobretodo la zona de Autonomías. Un puntazo para el pabellón de Madrid por su gran audiovisual.

La noche llego, el viento también, vaya frio que pase, aunque creo que mi salud sigue en perfecto estado gracias a la maravillosa camiseta que me regalaron en Kuwait y que a pesar de ser de tres o cuatro tallas más pequeña que la mia, me salvaron del siempre molesto Cierzo.

Empezó el Iceberg, y mientras los pingüinos comenzaban a saltar, yo me fui al hombre vertiente, uno de los espectáculos más bizarros de la Expo que empieza con un tio diciendo "No importa como me llame. Sólo importa lo que soy. Un aguador" y acaba con otro tipo pegándose contra un gusano gigante.

El espectáculo es increíble, tiene mucha fuerza y es muy espectacular, aunque como digo, su narración sea un tanto extraña y compleja. Ni siquiera yo se si llegue a entenderlo bien. En su defecto, tiene alguna pega del tipo estamos viendo todo el rato los arneses. Si ves los arneses se rompé la magia, y aquí nadie se molesta en ocultar el truco para mostrar la magia.

"El hombre vertiente" se convierte junto al Iceberg, en algo fundamental de una visita a la Expo.

En resumen, si no has ido ya a la Expo, ir estos días no es muy buena idea. Yo a estas alturas por ejemplo, he comprobado como no voy a poder llegar a ver todo los pabellones, pero si que tengo seguro que voy a ver todo lo bueno e importante, realmente solo me queda Alemania y alguna cosa que tengo curiosidad (y para la que no hay tantas colas) como la plaza temática de Sed o El pabellón puente.

Sigo pensando que lo mejor de la Expo es todo aquello que se apoya en el espectáculo, sea en representaciones como "El hombre vertiente" o en la producción de audiovisuales como el de Aragón, Holanda o la comunidad de Madrid. Aquellos que vienen a pegar cuatro fotos con texto, se podrían haber ahorrado su presencia, o mejor no, que sino habría más gente en las colas de los demás sitios.

Pienso también que aquellos que hemos viajado, y más haciendo un turismo de ocio y espectáculo, vemos cosas que nos gustan, pero que no nos sorprenden por haber visto cosas mejores en otras partes del mundo. Me viene a la mente todos los ejemplos que he mencionado, o los catalanes de Agua Extrema defraudados ante el circo del sol, cuando vieron un espectáculo de estos en sus propias tierras o por ser anfitriones de la Fura del Baus. Para el que no haya salido de su casa nunca, Expo'08 será algo inolvidable.

Pero Expo Zaragoza, aprueba. No consigue ser el desastre que muchos esperaban porque entretiene y te lo pasas bien. No consigue ser tampoco la maravilla que los expo-adictos esperaban, porque hay demasiada basura.

Me queda un día, la próxima semana tal vez. Entonces, cerrare la trilogía Expo.