Día 1. Guía para ver la Expo a turnos
Día 2. Sobreviviendo a la Expo
And now, the conclusion...
El martes volví por tercera vez a la Expo y supongo que ya la última, salvo que me toque gastar alguna entrada por eso de no tirarla o algo así. El día empezó con un "Me da tiempo de ver todo lo que me queda de la Expo" y poco a poco comprendí que me estaba engañando a mi mismo, y se fue transformando en "No me va a dar tiempo".
Además me hicieron la puñeta en la entrada. Llegue bastante pronto (Una hora antes de que abrieran) y pude situarme a escasas 50-60 personas de la entrada, un sitio privilegiado para echar a correr nada más abrir y poder llegar pronto a Alemania. El último pabellón importante que me quedaba por visitar.
Sin embargo en la entrada, mi pase de tres días no era leído por las maquinas, el código de barras estaba medio borrado. Y me expulsaron de la cola para ir a Información a que me cambiaran la entrada. En información me encontré la incompetencia en pleno estado, cuatro empleados de la Expo intentando descifrar la numeración borrada de mi código de barras para así comprobar que era cierto lo que decía de "me queda un día".
Ahí estuve 20 minutos con ¿Es esto un 4 o un 9? Son 22 dígitos ¿Por qué me salen sólo 21? En fin, una locura. Hasta que al final llamaron a alguien de más peso en la organización y me dieron la entrada. Pero daba igual, ya había perdido todo privilegio de ser de los primeros y al llegar a Alemania me esperaba la cola de tres horas. Madrugar para nada.
Además me hicieron la puñeta en la entrada. Llegue bastante pronto (Una hora antes de que abrieran) y pude situarme a escasas 50-60 personas de la entrada, un sitio privilegiado para echar a correr nada más abrir y poder llegar pronto a Alemania. El último pabellón importante que me quedaba por visitar.
Sin embargo en la entrada, mi pase de tres días no era leído por las maquinas, el código de barras estaba medio borrado. Y me expulsaron de la cola para ir a Información a que me cambiaran la entrada. En información me encontré la incompetencia en pleno estado, cuatro empleados de la Expo intentando descifrar la numeración borrada de mi código de barras para así comprobar que era cierto lo que decía de "me queda un día".
Ahí estuve 20 minutos con ¿Es esto un 4 o un 9? Son 22 dígitos ¿Por qué me salen sólo 21? En fin, una locura. Hasta que al final llamaron a alguien de más peso en la organización y me dieron la entrada. Pero daba igual, ya había perdido todo privilegio de ser de los primeros y al llegar a Alemania me esperaba la cola de tres horas. Madrugar para nada.
Estas atracciones de barcas me recuerdan a la atracción de Los Piratas del Caribe, pero esta sin piratas, sin caribe y con mucha porcelanosa. Supongo que me habría gustado más el pabellón si la cola sólo fuera de una hora, pero tras tanto tiempo, esperas algo mejor.
Salí de Alemania casi a la hora de comer, así que ya estaba contento. Había visto TODO lo importante de la Expo: Japón, Kuwait, Alemania, España, Acuario, Agua Extrema, etc, no me faltaba nada, el resto del día sería por tanto un "Voy a aprovechar para ver todos los pabellones que me quedan".
Pero esta tarea aunque aparentemente me debería de haber dado tiempo, fue lenta, muy lenta. De hecho, no entiendo las colas de la Expo, se formaban colas en pabellones como el de Suecía, en los que tras 15 minutos esperando, entrabas y decías... "Emmm. Esto parece hecho en el Ikea. ¿Para esta basura tanto tiempo?".
Hubo algún pabellón que me sorprendió como el de Kazajstan o Mexico, pero la verdad es que notaba que faltaban buenos contenidos. En dos días pude ver lo mejor de la Expo y el resto que quedaba empezaba a rayarme un poco.
Lo que más me inquieto de esta visita fue el heavy gordo que recorría durante varias veces al día la cola de Alemania. En mis tres horas de espera lo vi aparecer, se quedaba mirando al personal de la cola y desaparecía entre la multitud, así hasta tres veces. Cual fue mi sorpresa cuando me lo volví a encontrar mientras esperaba a un amigo para comer en un sitio distinto de la Expo. Ese ser me inquietaba. Pensaba que nos iba a devorar si alguno desfallecía.
También en esta visita fue en la que tuve más contacto con el típico dominguero de la Expo. Es aquel señor de edad que ronde los 40-60 años y que va equipado con la gorra que regalan en el pabellón de correos, las gafas de sol que regalan en la Comunitat Valenciana y la bolsa que dan en Andorra. El clásico que entra a los pabellones preguntando si regalan bolis.
El dominguero de la Expo tiene además la habilidad de situarse delante o detrás tuyo en las colas más eternas, por lo que soportas durante horas los comentarios del tipo "Esto de la Expo es increíble", "Me gusto más la de Sevilla" (dominguero experto en Expos), "Aquí antes sólo había alcachofas" o "El pabellón de Alemania es increíble".
Me llamo también mucho la atención las múltiples goteras que hay en algunos de los pabellones. El tiempo va pasando y la Expo se resiente. Pero como buen ciudadano hago creer a los turistas que forma parte de la muestra, "Señora, no se preocupe, que las goteras forman parte del espectáculo. Es la Expo del agua".
Al llegar la noche, y dado que ya había visto los espectaculos más importantes, dedique el tiempo a cenar tumbado en la terraza de la azotea y a ir al Disco Dance Love Zaragoza. No hay mucho que contar de este concierto, era mucho Disco, algo Dance y poco Love xD.
A lo dicho, se acabo la Expo para mi. Así que salvo que tenga que gastar alguna entrada sobrante, aquí acaba mi pequeña crónica de tres días sobre lo que fue el evento más importante que ha tenido Zaragoza desde que vino Michael Jackson.
Adiós Fluvi. Adiós Expo
Un abrazo a todos los que me han acompañado en esta visita a la Expo de tres días: Sara, Ana, Luis, Anna, Jorge, mis padres, María y Edu.
2 comentarios:
El gordo ese parece el del anuncio del "premio mas heavy de la ONCE".
A mi al final me ha quedado por ver Kuwait y Alemania, el resto los he visto todos, y tengo sus sellos!! MUHAHAHAHAHAHA
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