La costa de Irlanda es como si estuviera dibujada por un dios con parkinson, por esa razón son todo penínsulas, cabos y golfos. En uno de estos sitios esta Cobh, la última parada del Titanic y sitio que ya visite hace más tiempo. Sin embargo, la llegada de las Au Pair, y conocer a un piloto de aviones con coche hizo que la gente quisiera una segunda visita al lugar.
Y así fue, pero en lugar de ir por el camino más obvio (con el tren), hicimos algo diferente y por supuesto más bonito. Cómo ya dije una vez, cada día tengo más claro que la mejor forma de ver Irlanda es en coche.
El viaje consistio en entrar a Cobh por el sur, en lugar de por el norte, esto quiere decir, que había que llegar con el coche hasta Crosshaven, donde puedes ver delante tuyo todo Cobh y en medio, un brazo de mar entrando a la tierra. En este punto, montamos el coche en Ferry y pasamos a Cobh.
Una vez que llegamos a Cobh, me encontré a un viejo amigo de barba y traje rojo que había venido a Irlanda de visita en una moto de nieve. Nadie se pregunto como llega una moto de nieve hasta un sitio donde no hay nieve.
Y esto fue la segunda visita a Cobh. Poco después inicie un nuevo viaje, la vuelta a España, pero eso ya, lo habéis leído... próximo artículo: Killarney.
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