jueves, 6 de noviembre de 2008

22 cumpleaños

Mi cumpleaños en si, su celebración y todo lo que ha rodeado este día me han dado mucho de pensar.
¡¡¡ Sopla las velas que llegaron los 22 !!!

Mis 22 años llegaron durante mi estancia de erasmus, más en concreto el pasado 19 de Octubre. Pero para hablar de mi cumpleaños antes tengo que volver un poco atrás a la historia de mis cumpleaños.

En sus tiempos, cuando medir un metro de altura y tener un examen de cono o de mates era todo lo que me preocupaba, celebraba año tras año mi cumpleaños. Era algo que me encantaba, recuerdos esos cumpleaños con nocilla, con juguetes, con tartas y velas que soplar, con juegos como "las tinieblas" y sobretodo con amigos, con muy buenos amigos. Unos tiempos que ubico en mis últimos años de escolaridad y que son sin duda un claro signo de los felices de esos días.

Sin embargo, deje de celebrar mi cumpleaños durante casi una década. La razón era que ya nada volvía a ser lo mismo y siempre había algo por lo que me defraudaban los cumpleaños. Era un hacerse mayor y no querer. Sin embargo, he vuelto a celebrarlo, tanto este año como el anterior, y bueno, del año anterior no tengo nada que decir, ya quedo reflejado en este blog, pero el de este año ha sido sin duda extraño y un poco me ha servido para darme cuenta de como estoy en el erasmus.

El erasmus, escuchareis muchas historias del estilo: fiestas, fiestas y más fiestas, pero forma parte de una leyenda que no es del todo cierto. Mi 22 cumpleaños, me hizo darme cuenta de mi soledad aquí, de lo realmente solitario que se esta siendo erasmus en Cork. Entiendo que esta opinión tal vez no sea compartida por otros de mis compañeros erasmus, pero en mi caso, siendo el único erasmus de Zaragoza, el único de Aragón y uno de los pocos informáticos, tengo todas las papeletas para sentirme en soledad.

Y así fue ese domingo de octubre, que cumplía años, un día solitario, muy solitario. Pase el día en mi apartamento, limpiando, sacando la basura, comiendo, viendo la televisión. Al final incluso me anime a salir a la calle, a mirar ropa y me acabe comprando una bufanda para proteger mi más que dañada garganta a estas alturas del otoño. Un autoregalo.

Todo esto, mientras recibía varios sms, múltiples mensajes de tuenti, facebook y emails. En diferentes idiomas y en diferentes medios. Señales de toda la gente que he conocido y que conozco aquí, pero nadie con quién celebrar estos 22 años.

Y lo más extraño de esto, es que ocurre viviendo en una residencia rodeado de decenas de estudiantes, pero una residencia en la que cuando sales al salón la luz esta apagada y sólo se escucha el sonido de la lavadora, cuando sales a los pasillos, sólo se escucha el movimiento del ascensor, y aunque estés rodeado de gente, estas muy solo y esa es la peor soledad, la que encuentras cuando estas rodeado de gente.

Pero aquí no iba a acabar mi cumpleaños, no podía acabar tan mal. Y por ello se fue tornando extraño. Al día siguiente, un pequeño grupo de vecinos (4 en total) aparecieron en mi puerta con un Muffin, una vela y una tarjeta de felicitación. Un detalle para sacarme una sonrisa tras tan triste día. Detalle que agradezco profundamente.

24 horas más tarde, Diana me avisaba para darme un regalo. ¿Un regalo? Dos días tarde, esto ya si que no lo esperaba. Unos guantes con los dedos cortados, y esto ya me acabo de sacar una gran sonrisa. Ya que desde mi estancia en Irlanda, y sobretodo durante mi viaje a Dublin, llevo buscando unos guantes de este tipo sin suerte alguna.

Pero aun así faltaba un último capitulo para cerrar este cumpleaños, y seguía siendo celebrarlo. Asignatura pendiente que iba a ignorar, pero a la que Anna, mi primera visita erasmus me animo mucho y así finalmente, cuatro día después, un evento de Facebook invitaba a españoles, americanos y alemanes a la celebración de mi 22 cumpleaños.

Una rápida y corta fiesta, con unos excelentes mojitos y licores de frutas, y por supuesto, bocadillos de nocilla. No lo recordare nunca como una gran fiesta erasmus, ya que no lo fue, pero sin duda, por un momento olvide toda mi soledad del pasado domingo al haber creado una fiesta este día sólo para poder celebrarlo con alguién de Zaragoza. Aunque sólo fuera por unos días, ya no estaba sólo.

Todos estos días vividos, sin embargo me han hecho pensar y llegar a una conclusión que espero que cumplais y es la siguiente...

"Nadie debería estar sólo nunca, pero menos en el dia de su cumpleaños"

2 comentarios:

Luigi R.p. dijo...

Felicidades tio!
espero que te vaya todo genial en tierras extrajeras xD

Artemisa dijo...

Hola Alberto!!

Me alegro que hayas vuelto a actualizar!! siento que el día de tu cumpleaños estuvieras tan solo... pero cuando vuelvas lo celebramos!!

Mucha suerte y animo!!

Un besito.
Eva