viernes, 22 de agosto de 2008

Tragedias

No me gustaría pasar estos días sin hablar en mi blog del accidente ocurrido el pasado miércoles en Barajas.

Quiero hablar de ello, porque las tragedias suelen repetirse una y otra vez, y en parte es porque las olvidamos. La única forma de evitar que se repita la historia es recordándola, haciendo que nunca la olvidemos. Es por ello que siempre me cautiva en mis viajes ir a visitar los sitios relacionados con la tragedia, he visto la zona cero del 11-S, restos de la bomba nuclear en la ONU, el túnel donde fallecio Lady Di y tengo muy claro que si fuera a Polonia, lo primero que visitaría sería Auswitch.

Los momentos de catástrofes son dolorosos, son tristes y todos querríamos que no ocurrieran, pero hay algo que me alegra ver en estos momentos y es que nos hace creer en nosotros mismos, saca lo mejor de los seres humanos, me hace tener fe en la humanidad.

Durante unos momentos, todos estamos unidos por un mismo sentimiento. En ese instante da igual nuestras diferencias políticas, sociales, religiosas o culturales, deja de importar nuestro color de piel, nuestra nacionalidad y todos sacamos lo mejor de nosotros como seres humanos.

Es difícil de explicar con palabras estos momentos de fe en nosotros mismos. Aunque por suerte no lo tendré que hacer, ya que una película lo hizo por mi con el siguiente monólogo.

Siempre que me siento pesimista por cómo está el mundo, pienso en la puerta de llegadas del aeropuerto de Heathrow. La opinión general da a entender que vivimos en un mundo de odio y egoísmo, pero yo no lo entiendo así. A mí me parece que el amor está en todas partes. A menudo no es especialmente decoroso ni tiene interés periodístico pero siempre está ahí. Padres e hijos, madres e hijas, maridos y esposas, novios, novias, viejos amigos... Cuando los aviones se estrellaron contra las torres gemelas, que yo sepa, ninguna de las llamadas telefónicas de los que estaban a bordo fue de odio y venganza. Todas fueron mensajes de amor. Si lo buscarais, tengo la extraña sensación de que descubriríais que el amor en realidad, está en todas partes.

Es en momentos de tragedia, cuando las "zonas cero" se llenan de flores, de poesías, las televisiones se llenan de palabras de compasión, de tristeza y en definitiva de amor. En esos momentos, sientes una extraña mezcla entre dolor por lo ocurrido, pero sobretodo, de orgullo por lo que somos, porque seamos tan humanos.

Sin embargo, al poco tiempo, todo el mundo olvida la catástrofe, todos recogemos esa parte de nosotros que no mostramos habitualmente y volvemos a ocultarlas durante meses o años, hasta que otra tragedia sacuda al mundo y vuelva a salir a la luz.

Desde aquí envió mi pésame a la familia de los fallecidos, me visto con el crespón negro y dedico el siguiente vídeo a todos los que en estos días esta unidos a esas personas.

Somos una gran raza gracias a nuestra capacidad de amar y de sentir. Qué no vuelva a ocurrir otra catástrofe para mostrar lo mejor de nosotros mismos.


Heal the World - Michael Jackson

2 comentarios:

Artemisa dijo...

Hola Alberto!!

Me ha gustado mucho tu frase: “La única forma de evitar que se repita la historia es recordándola”… es muy sabia 

Cuando hay una catástrofe, las situaciones y las escenas son muy dramáticas, dan mucha pena, se encoge el corazón y los ojos se llenan de lágrimas… Es muy triste que no seamos más humanos en la vida diaria… que demostremos nuestro cariño a las personas cada día… sin necesidad de más tragedias…

Me encanta visitar tu humano blog… sigue así ;)

Un beso. Eva

Anónimo dijo...

No puedo estar mas de acuerdo con tu reflexion.
Es una lastima que estos sentimientos desaparezcan tan pronto de nuestro ser pero en parte yo creo que tienden a desaparecer tan pronto de nosotros por el insaciable deseo humano de un mundo ideal y perfecto. Siempre parece que esperamos que estas cosas no va a volver a pasar nunca mas y por eso incoscientemente queremos eliminarlo tan rapidamente de nuestra conciencia y nos encerramos en una burbuja de mundo ideal. Esto si que es soñar despierto...
De todos modos yo creo que estas tragedias son espantosas pero tienen su parte de mensaje divino y humano. Nos hacen recordar cada cierto tiempo lo que somos precisamente. Seres humanos y no Dioses con una vida Inmaculada. Pero tambien a la vez nos dicen que la inmortalidad se consigue primero siendo humano y cometiendo errores.
Un saludo.
Rubén