Historias de lavandería.
Me ha fascinado siempre, ese lugar llamado lavandería. Tal vez mi fascinación sea por ser un lugar tan típicamente extranjero y tan extraño aquí donde todos tenemos nuestra lavadora en casa. Ahora como futuro Erasmus, me veré obligado a acudir a estos sitios, ya que cualquiera de las residencias, incluida a la que voy, carecen de lavadora en las cocinas y por supuesto, tienen su lavandería.
Las lavanderías tienen algo que me encanta y es que son un sitio de encuentro, de socialización. En EE.UU. (uno de los paises más aficionados a hacer la colada) la gente se socializa iendo a las lavanderías, en España por ejemplo, lo hacemos fumando o yendo al bar. Seguro que todos conocéis a alguien cuya única razón para empezar a fumar, haya sido esa, la de salir con los compañeros de estudios, trabajo o lo que sea un rato a la calle para echar un pitillo. Para estar charlando...
Y estoy convencido de que en cualquier país aficionado a las lavanderías, la gente tiene la posibilidad económica de adquirir una. Es más, antes se compran el lavavajillas que la lavadora, y la razón es que se han vuelto adictos a esto. El hecho de ir la tarde de un jueves a la lavandería a hacer la colada y estar ahí esperando, los 20-30 minutos del proceso, charlando con gente, conociendo nuevas caras y en definitiva socializandose. Tiene su encanto.
Cuantos votos electorales se habrán decidido en conversaciones de lavandería. Cuantas decisiones se habrán tomado mirando una lavadora. Cuantas discusiones se habrán originado en estos lugares. Cuantos momentos surrealistas. Cuantos grandes amigos se conocieron esperando su colada. Cuantas historias de amor habrán empezado en la lavandería de debajo de tu casa. Cuantas cosas.
Si fuera poeta, haría una oda a la lavadora.
Voto por la instauración de lavanderias en España.
El mundo gira y gira, como una lavadora.
2 comentarios:
Más bien creo que es un buen lugar para que el cine se plantee esas putas mierdas de historias de amor que tanto gusta "in the US". Simplemente. No creo que en realidad sea algo tan socializante como crees. No mucho más que ir al médico, a por el pan, a por drogas al camello del barrio o en el ascensor. Es decir, un lugar donde se llevan a cabo conversaciones insípidas que no aportan nada, pero que se tienen por el hecho de que se está incómodo callado, y en las que ambos interlocutores están deseando que el otro se calle.
PS: ¡"IENDO"! ¡Hijo de Satán!¡Corrige eso!
Pero las conversaciones insipidas y sin sentido molan, sino Seinfeld no hubiera durado 9 años xD.
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