Lo siento por los que no seáis muy fans de mis artículos reflexivos. Pero hoy toca otro.
Hace unos días perdí mis apuntes de compiladores. Antes de seguir, hay que aclarar un par de cosas al respecto de esto:
1) No los perdí. Me los deje en el cajón que hay debajo de la mesa
2) No son apuntes manuscritos, sino un librillo encuadernado de transparencias
Fue un despiste, me los deje y cuando estaba en casa me di cuenta de ello. En ese momento pensé: me he quedado sin ellos, me los voy a tener que volver a imprimir, volver a gastarme la encuadernación y lo que casi es peor que todo eso, perdía mis anotaciones y tenia que volvérmelas a copiar todas de algún compañero.
Realmente, no había ningún motivo para pensar así. Pero lo he visto pasar, gente que se ha dejado cosas de clase y ya no aparecen. Yo incluso una vez me paso eso con mi estuche en primero, y no lo recupere. ¿Y quién demonios querría mis apuntes de compiladores? Nadie, seguro. Pero estaba seguro de que el próximo día iría a clase y ahí ya no estarían.
Pero fui a clase, pregunte en secretaría y sorprendentemente los tenían ahí guardados, esperándome. Algún "alma caritativa" lo había recogido y entregado a ese lugar para que yo pudiera recogerlo. Quede sorprendido.
Sorprendido, porque no es habitual. A nadie le interesaban mis apuntes, pero tampoco a nadie le importa que yo los recupere. Siempre recuerdo con cosas como estas, el "Please, take only one", algo que seguro habréis contemplado asombrados los viajantes.
Se trata de unas cajas ubicadas en la calle y llenas de periódicos de algunas calles de países extranjeros. Echas la moneda correspondiente al precio del periódico y se abre la puerta, y ahí, te encuentras antes tus ojos, decenas de periódicos, pudiendo llevártelos todos por sólo un Euro, unos centavos o lo que sea, y con un cartel que pone arriba "Please, take only one". Y la gente lo hace, coge solo uno.
Este sistema que funciona tan bien en cualquier país, se decidió probar también aquí, en Madrid. Evidentemente ya podéis imaginar el resultado que tuvo, la gente se llevaba todos los periódicos y no sorprendería encontrarse cualquier día la puerta de cristal rota o la caja que guarda las monedas reventada.
Esto no es sólo lo que sucedió, o lo que cualquiera de nosotros podríamos prever, es también una muestra de la poca fe que tenemos en la gente. Si no somos capaces de coger un solo periódico, como vamos a ser capaces de hacer cualquier cosa con un mínimo de bondad.
Uno de mis defectos, de mis mayores defectos, es que creo en la gente. Es mi única fe y religión, creo que la gente es capaz de hacer cosas buenas, de hacer lo correcto y me equivoco continuamente. Grissom decía "Creo en la humanidad, a pesar de que me defrauden una y otra vez". Yo subrayó palabra por palabra de esta frase.
Esto hace que en mi vida haya gente que me ha defraudado, por esperar más y mejor. Al igual que yo también he defraudado y sigo defraudando a algunas personas. Esto es recíproco. Todos esperamos algo de las personas, algo que parece no existir.
Pero bueno, no acabemos este artículo de una forma tan triste, posiblemente, culpa todo ello de estos días tan nublados y de tantas horas programando. Yo recupere mis apuntes, alguien los devolvió, aún debe quedar algo de bondad en el mundo.
3 comentarios:
Quizas sea la persona del CPS que mas cosas se ha dejado por despiste en clase y, no es por joder, pero el 90% de las veces no son almas caritativas las que recogen tus apuntes y los dejan en secretaria..sino las encargadas de la limpieza ^^.
Benditas encargadas de la limpieza entonces :-) y benditos todos aquellos que aun viendo los apuntes decidieron dejarlos en lugar de dedicarse a la papiroflexia, jeje
España, pais de borregos en los que das algo gratis, y la gente necesita arramblar con todo aunque luego no lo vayan a usar para nada.
http://es.youtube.com/watch?v=k4tjn3VVPis
100% el caso de los periodicos.
Que pena de pais y de gente...
Publicar un comentario