jueves, 22 de mayo de 2008

Una reflexión tras cuatro años....

Cierre a cuatro años


Hoy he salido de mi universidad, pensando que posiblemente nunca más vuelva a sentarme en una de esas aulas a escuchar una clase. Queda un año (pero de Erasmus) y queda un proyecto (a la vuelta), pero sea como sea nunca volverá a ser lo mismo.

Tal día como hoy, es normal y comprensible sentirme triste y melancólico, al poder analizar estos cuatro años de un solo vistazo. La sensación que tengo, ciertamente es amarga, siento como que he desaprovechado cuatro años, los cuatro años tal vez más importantes de mi vida, con una carrera que me ha comido gran parte de mi vida y que me ha hecho perder cientos de oportunidades que me han surgido. Más aun, siento el haber perdido todas aquellas que nunca se llegaron a producir por estar todo el día picando código delante de un ordenador, en lugar de estar en el sitio adecuado a la hora adecuada.

Forzado tal vez a estudiar una carrera para no defraudar a la gente que creía en mi, y tal vez aun más forzado por querer defraudar a todos aquellos que jamás creyeron en mi. La verdad, es que la experiencia de haber sido universitario por cuatro años no me ha llenado absolutamente nada a nivel personal. Lo único que he ganado son cientos de conocimientos en mi cabeza que algunas veces hasta dudo del uso que les dare, debido a tener un futuro cada vez más incierto.

Además el cambio de perspectiva de una persona que entra a una que sale ha sido enorme. Donde el Alberto "inicial" tenía ambiciones mayores, unas ganas de triunfar a nivel laboral y una aspiración a obtener poder, en resumidas cuentas, lo que todos los humanos: pura ambición. Sin embargo, en estos años, he sufrido una maduración personal, más debido a las ostias que me ha dado la vida que al avance de mi edad que me han llevado a un punto en que nada de eso me parece importante.

He escuchado, escucho y seguiré escuchando que el haber dedicado estos años me servirá para sentarme en sillones de cuero de grandes oficinas, tener grandes equipos bajo mi mando y cobrar por supuesto mucho dinero. Hoy puedo decir con total seguridad que nada de esto importa, el trabajo no importa tanto, el dinero no importa tanto, hay cosas más importantes en la vida y de las que poca gente habla o que por alguna razón extraña hay que hacer entre susurros.

Desde luego, tal vez mi futuro deje de ser incierto en tan solo meses, y puede que finalmente acabe siendo el hombre sentado en un sillón de cuero con enorme oficina y sueldo de muchos ceros. Pero lo vivido estos cuatro años, o mejor dicho lo no vivido, me hacen decir que no mereció la pena.

Hoy digo adiós, pero chavales, esto no acaba...
Aun quedan examenes, aun queda Erasmus y aun queda PFC.

1 comentario:

Adriwankenobi dijo...

Un apunte:

Que informática sea una mierda en el CPS no tiene nada que ver con tu "periodo de maduración personal!. Creo que son dos cosas diferentes.