sábado, 11 de abril de 2009

Fin de carrera... grandioso

El pasado 3 de Abril pude celebrar mi fin de carrera.

Hace dos años, convirtieron la Oasis en una lata de sardinas. Hace un año, las chaquetas fueron destrozadas en el guardarropa del Auditorio... este año, se preveía otro desastre, sin embargo, tengo que quitarme el sombrero y decir que este fin de carrera fue perfecto.

Lo primero de todo, la gente se olvido de las polémicas y los problemas, no hubo crispación sobre el reparto de las mesas, y aunque esto sea un espejismo de la realidad, el hecho de volverse una semana a Zaragoza y poder celebrar un fin de carrera en condiciones sin que nadie te toque las narices se agradece. Aún me queda mal regusto del paso del ecuador.

Los preparativos de esta fiesta comenzaron para mi a las 16:00h del viernes, cuando estaba en la estación de Delicias esperando a John, mi compañero de piso en Cork, y más conocido por todos como "American boy". El campeón que se esta recorriendo Europa sólo, decidió pasar por Zaragoza los días que estaba yo aquí, y entre yo y mis dos amigos que vinieron a visitarme en Enero conseguimos convencerle de que se viniera. A fin de cuentas, tenía que conocer a las chicas españolas, y creo que la experiencia le gusto...

Así que recogido a John en la estación, y en modo mochilero que iba, evidentemente carecía de cualquier tipo de traje, por lo que hubo que improvisarle uno. Una camisa que compre por 2 euros para el disfraz del Joker, unos pantalones vaqueros negros, mis zapatos de cuando mi prima se caso, una corbata negra de mi hermano y mi gabardina tipo "Lex Luthor" hicieron el trabajo.
Y así, los men in black abandonaban el domicilio, uno en dirección a la cena (yo), y el otro a una cena con mis amigos que les esperaría antes de ir a la fiesta de después. Gracias colegas por ser tan grandes.
Y bueno, la ceremonia empezó con las clásicas fotos de grupo y una cena clásica de BBC, es decir, entremeses, pescado, carne y postre. Hay que reconocer que la cena en el Melia (hace dos años) fue mejor, pero no se necesita más y por eso aprueba con una nota muy alta. A parte, que tengo que destacar el gran servicio que hacían los camareros. Mi copa de vino no podía estar vacía más de dos segundos, lo que era todo un detalle pero fue mi perdición...

Y el baile comenzo, abrieron una sala adjunta que esta exterior al edificio y por tanto, olvidate de saunas, latas de sardina, y cualquier otra situación pésima de fiestas anteriores a estas. Pero aun quedaba la duda ¿Sería demasiado pequeño el lugar para tantos invitados? ¡Pues no! Cuando entro todo el mundo seguía siendo posible moverse, y en las barras no tardaban más de 30 segundos en atenderte. ¡Increíble!

El espectáculo de la noche fue sin duda... el "American boy", fue llegar, y todo el mundo quería tomarse fotos con él, querían hablar con él, querían conocerlo. Es increíble este hombre de Jersey.
En definitiva, un grandioso fin de carrera. Y que sobretodo me hace recordar que tengo algunos grandiosos amigos y compañeros de carrera con los que he compartido cuatro años de estudios, y a los que espero seguir viendo en el futuro. La única mala parte de esta fiesta es que me gustaría recordarla mejor (jeje), es terrible esta sensación de levantarte el sábado por la mañana pensando que recuerdas toda la noche y de repente que la gente mencione historias y veas fotos, y pienses... ¿En serio esto paso ayer? Pero bueno, al menos recordare mis conversaciones sobre faldas cortas y escotes de las irlandesas con uno de mis profesores de compiladores.

Y me despido con esta foto, que es sin duda la más internacional de la fiesta. Una representación de Italia, España y EE.UU, me falta Anita representando Venezuela.

2 comentarios:

Adriwankenobi dijo...

Un respeto a la sauna, uno de los mayores placeres de la vida.

Anónimo dijo...

Si señor. Buena fiesta!!. Y que elegantes y guapos todos! ;-)
Rubén