A veces pienso que mi vida es demasiado emocionante, tan emocionante que no me gusta. No sé, seguro que a mucha gente le gustaría vivir triángulos amorosos, viajes por amor y sentirse como James Bond con una chica en cada puerto. A mi, ya me cansa...
El aspecto más emocionante de esta historia lo puso un volcán, me impidió ir hace algo más de un mes a Bratislava, capital de Eslovaquía (No Eslovenia como piensa el 90% de la gente :-P). La razón del viaje, es evidente, la única razón por la que merece la pena cruzarse media Europa. En mi caso se llama V.
Tal vez el volcán detuvo este viaje para que nunca ocurriera. Tal vez... pero siempre he sido demasiado tozudo, lo suficiente para desafiar a la propia naturaleza y al final, acabe llegando.
No existen los "happy ends" en la vida real y lo que es peor... cada día estoy más seguro que eso que llamamos AMOR no es más que una utopía que intentamos alcanzar sabiendo que no existe.
Ahora acabo este "fairy tale" y toca volver a la realidad, una dura realidad.
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