miércoles, 21 de octubre de 2009

The road so far... (Parte II)

Suma y sigue.
Volvemos a una edición de capítulos anteriores...

Las Fiestas del Pilar ya han acabado, y he de reconocer que han sido de las que más he disfrutado, no ya por sus contenidos, sino más bien por la compañía. Es en este punto donde debería de mandar un "Muchisimas gracias" que nunca leeran a todos los erasmus que han hecho posible estos días. Ir a la Oktoberfest con 100 personas, hacer un botellón en la Plaza del Pilar, tener una cena eslovaca o bailar dándolo todo sobre una de las piedras para sentarse en Paseo Independencía durante el concierto de Maxima FM han sido experiencias únicas e irrepetibles.

Las fiestas del Pilar han acabado, y con el sonido del último fuego artificial ha empezado otro día importante, mi cumpleaños. He llegado a los 23 en un día que estará muy lejos de ser recordado, mis cumpleaños siguen teniendo ese toque triste de una familia que no le gusta celebrarlo y una vida que me impide hacer una fiesta (O no tengo casa para celebrarlo, o no tengo dinero para invitar a la gente). Así que finalmente, fue un día que dedique a jugar un poco al baloncesto y a llenar mi cabeza de otras ocupaciones, como convocar una reunión con la asociación.

Echando un poco la vista atrás, veo todas las actividades que hemos hecho con la asociación: fuimos a un partido de balonmano y nos lo pasamos genial e hicimos city tours por la ciudad. Este año erasmus esta funcionando muy bien, y me siento bastante orgulloso de ello. Ahora, veo a la vuelta de la esquina un viaje a Madrid y Toledo coincidiendo con Halloween.

Por otra parte, vuelvo al cine, me han asignado de nuevo un pequeño papel y el próximo lunes tengo rodaje para un corto, esta vez, soy camarero. Volvemos a una de mis antiguas rutinas.

Sobre clases particulares.... cuando parecía que todo se había venido abajo ha aparecido un pequeño símbolo de suerte. Ayer di mi primera clase de inglés, y creo que fue bastante bien. Ahora, a ver si la situación se mantiene y puedo seguir dando un par de clases por semana.

Y con el famoso carné B... ahí sigo, ya llevo más de la mitad del libro y algunos examenes globales los apruebo. Poco a poco...

Sobre mi PFC, ya va por la parte de diseño cuando justo cumplo un mes de su inicio.

En fin, esto es la carretera hasta aquí. Se cierran los 22 años y comienzan los 23, un nuevo año en mi vida en el que los proyectos sólo alcanzan hasta primavera... ¿Y después? ¿Quién sabe? A fin de cuentas, el 23 es el número más peculiar de la naturaleza.

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