Hace un par de años escuchaba muchas veces esta frase.
Soy cinéfilo, cinefago o consumidor del séptimo arte, como queráis denominarlo. Desde muy pequeño mi vida ha estado vinculada al cine y he tenido la oportunidad de incluso saborear lo que es trabajar en este mundo. Es por ello que era un espectador habitual de cualquier sala comercial. Recuerdo en tiempos de anotarme cuantas películas veía al año y llegar a contar cuantas veces iba al cine en un año, podían ser perfectamente unas cincuenta. Es decir, prácticamente una vez por semana.
Todas las semanas era habitual que fuera a ver el estreno importante e incluso acababa creando terminología propia del visionado de películas. Por ejemplo "doblete" era cuando hacías una sesión doble en el cine, dos películas en el mismo día.
Hablando de cine con amigos, muchas veces salía la frase "¿Cuándo es la última vez que fuiste al cine?" y lo obvió parecía escuchar algo así como "Hace cinco días", "La semana pasada" o "Hace dos semanas", no se, algo muy cercano. Sin embargo, a veces en estas conversaciones entraba alguna persona cuya vida no había estado tan vinculada al cine como la mía y escuchaba "Mmm... no recuerdo, pero hace mucho". Simplemente, me sorprendía.
El otro día, me vino la pregunta a mi mismo. ¿Cuándo fue la última vez que fui al cine? Y la respuesta fue en Diciembre, para ver Avatar. Eso quiere decir que llevo 4 meses sin ir al cine. ¡Wow! Nunca podría haber esperado esta respuesta de mi. Y la pregunta es ¿A qué se debe?
La verdad es que se me ocurren muchas razones. La primera y más evidente es la perdida de ese espiritú consumista que tenía hasta que tuve que aprender a vivir sin ninguna posesión material y comprobar que no necesitaba gastar tanto para disfrutar del día a día..
Por otra parte, una falta de tiempo, en estos meses, he estado por Rusia, en Valencia. He estado disfrutando el máximo tiempo posible con amigos a los que tenía que decir "adiós" y he tenido que trabajar mucho, tanto en mi asociación como para desarrollar mi proyecto fin de carrera.
Tampoco han ayudado mucho los títulos, no se me ocurren muchas películas que hayan destacado en este tiempo. Me hubiera gustado ver "Celda 211", "Pájaros de papel" o "Los hombres que miraban fijamente a las cabras". Pero tampoco son títulos que me llamen excesivamente la atención y cuando veo que aparecen películas como "2012" o "Furia de Titanes" se me quitan un poco las ganas de salir de casa.
Pero aún puedo añadir una última razón y más importante. ¿Qué demonios esta pasando en las salas de cine últimamente? Se están rayando mucho con eso de Analógico, Digital y 3D. Poniendo un precio a cada una. ¿Por qué tengo que pagar más por ver una película en Digital que en Analógico? Entiendo el caso del 3D porque vale, hay un mantenimiento que son las gafas. Pero de cara a las salas de cine, la diferencia entre Analógico y Digital es simplemente darle al "Play" en distintas máquinas. Es más, si tuviera que haber una diferencia de precios, Digital debería de ser más barato, ya que el celuloide es más caro y de hecho, esa es la gracia del digital: "mejor precio y calidad" (cómo el LIDL).
Y eso del 3D... a ver, la tecnología 3D no esta todavía madura y viendo el tiempo que lleva intentando madurar, no se si algún día lo conseguirá. Esta bien que se diseñen películas especialmente para este formato, véase Avatar. Pero que pasa con Bolt, Monstruos contra alienigenas, Furia de titanes, Lluvia de Albondigas, Toy Story 3 o Como entrenar a un dragón... todo titulo de acción o de animación 3D parece que tiene que ir directamente a este formato.
Todos hemos sufrido dolores de cabeza, momentos de borrosidad, cansancio en la vista o distintos problemas de visión al entrar a estas películas... ¿En serio es bueno que estemos sometidos a tanto producto en 3D viendo que estos efectos aún están presentes?
En fin... como digo, mi vida esta muy vinculada al cine, siempre ha transcurrido a 24 fps y sería imposible escribir una biografía de mi sin mencionar el séptimo arte. El cine tiene una magia que siempre me ha encantado y me ha hecho ser hoy en día como soy. Por ello quiero volver a ir al cine algún día de estos, pero parece que por unas cosas u otras de las citadas anteriormente, la oportunidad no llega.
Pero bueno, tal vez sea porque ahora no sea el turno de vivir las películas de otros, sino algo más importante, la mía propia.
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